Y de repente, no sé cómo, caigo en la cuenta que me siento libre.
Hubo meses en los que me preguntaba porqué sin encontrar respuestas, sintiendo sin sentir. Lloraba de pura rabia, tan fuerte que la respiración se me entrecortaba, inhalaba profundo para intentar coger todo el aire posible y relajar tanto nervio. Sé que gran parte ha dejado secuelas, cuando pienso en ello un pedazo de mi aun se encoge hasta el punto en el que llega a doler.
He aprendido.
Las situaciones vienen y tú eres el único responsable que decide cómo vivirlas. Lo fácil es escudarse en una queja inmensa en la que contamos historias para sentirnos víctimas. Podemos quedarnos paralizados ante tanto apabullamiento y ser totalmente infelices en nuestro bucle de pesimismo, creyendo que es lo que nos ha tocado sin plantearnos mirar más allá.
No siempre los momentos vienen cuando uno quiere, de hecho pocas veces se presentan con tanta inmediatez. Hay que buscarlos y provocar que ocurran, recorrer un largo camino hasta llegar a conseguirlo.
Descubrir partes del viaje totalmente desconocidas, investigar hasta sorprenderte, incluso cambiar de meta al dejarnos llevar por un desvío en mitad del camino…Lo bonito del cuento es ser valiente y vivir.
Revivo, tomo aire y el mundo me responde otra vez.
Y de repente, no sé cómo, nada siento y caigo en cuenta
Que estoy libre de temores, libre ya de amores…
Respiro, tomo aire y el mundo se ilumina otra vez.
Libre ya de amores, Miguel Bosé
Andrea, el ser humano necesita de dar unos pasos hacia atrás, para poder coger carrerilla…
Totalmente de acuerdo. En ello estoy, proceso carrerilla…Muchas gracias.