Las calles de Pedraza y el grito Goonie

De vuelta a casa e inmersa en la rutina, con la mente y el cuerpo descansados, os enseño nuestro paseo del viernes pasado por las calles de Pedraza.

No ha sido un descubrimiento, lo conozco desde siempre pero tiene un encanto especial que hace que me guste visitarlo de vez en cuando. Está a unos 15 kilómetros del pueblo de mi Abuela Maru, así que después del momento siesta arrancamos para allá.

A pesar de la gente que había conseguimos aparcar arriba, junto al castillo, en la entrada del pueblo. Este lugar de calles empedradas, casitas bajas con fachadas de piedra, verjas de forja y puertas de madera conserva una estética muy especial y única.

Es inevitable no entrar en muchas de sus tiendecitas, en especial a la juguetería de la plaza. Crepundia es una pequeña tienda que llama la atención de niños y mayores. Sus mesas y estantes están repletos de detalles, cajitas de chapa con ilustraciones, cochecitos, avionetas, espadas y animales de madera, antigüedades… Mucho de lo que puedas imaginar lo encontrarás allí. Una infinidad de artilugios que hacer que te quedes prendado. Aquí podéis ver cada rinconcito en detalle, pulsad en la imagen e id arrastrando hacia la zona que queráis ojear.

Al ratito paramos a tomar un café en La Calesa, un sitio tranquilo y acogedor, con chimenea y un bonito jardín.

Después de recargar pilas seguimos por aquellas callecitas y poco antes de volver a casa llegó la aventura.

En el pueblo convivimos once personas y un baño, un show que algún día os contaré, algunos momentos rozan la locura pero a pesar de ser tantos, muy cotorras y diferentes, somos familia y eso prevalece por encima de todo. La Película por excelencia de esta Semana Santa ha sido Los Goonies y con ella ha venido la búsqueda del tesoro pirata. El peque de la casa hace que nos pongamos a buscar por esos suelos empedrados de Pedraza cualquier cosa que pueda ser una pista; llegamos a convertir un ticket de banco en un mapa que decía “claramente” donde teníamos que husmear. No podía faltar un grito guerrero para este equipazo de aventureros:

 ¿Qué queréis de merendar? Tosta Rica y nada más.

No podemos parar de reír hasta que el nene nos dice que ha encontrado otra pista y tenemos que ir en busca de la siguiente. Está como pez en el agua, los mayores le siguen el rollo y él es el jefe de la panda.

Algo que descubrimos en nuestra hazaña fue este caminito que dejaba unas unas vistas del campo preciosas.

Al día siguiente Andrés, el peque, nos tenía a unos cuantos a la hora de la siesta haciendo monedas y calaveras pirata porque teníamos que tener el tesoro preparado para grabar de nuevo la película.

Enano, eres genial, sabes como volvernos niños.

Sin duda necesitaba estos días.

He despejado la mente, recapacitado y filosofado acerca de la vida y sobre todo disfrutado.

//Bienvenido Abril.